Cuando recuerdo con fascinación tus ojos, tus labios, tu dulce lengua en mi boca… el anhelo de mi cuerpo se intensifica y mi corazón retumba tan potente dentro de mi pecho, cada vez más alto. En las noches me duermo deseando sentir en mis brazos la suavidad de tu cuerpo valiente y perderme en la noche de tu pelo, en la oscuridad de tus ojos mientras me endulzas con el azúcar de tu boca.
lunes, 9 de noviembre de 2009
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