La noche se enfría oscureciendo la ciudad, yo me oscurezco a mí mismo mirando tu silueta, y me entristezco dejando que Nostalgia ocupe su lugar y Melancolía se contente con la pena de este hombre que se torna gris...

sábado, 5 de diciembre de 2009

Algún día tendré que despertar


Un soplido diafragmático estalla en mis venas y el viento fluye cobardemente por mis pulmones como el veneno inocente que emana del sacrificio. "No estoy borracho, solo sediento de poder" un poder corrupto, de voluntad, definido, un poder más allá de lo deseado por cualquier hombre creado. Campos de metal crecen en el fondo del miedo no nato que siento influir dentro de mí.

desprecio, odio, y soledad, reina en el basto imperio de mi agonizante corazón púrpura que ríe y goza en la desgracia infinita y en plano contra picado observo a la muerte, que cabalga en un caballo verde sobre arcoiris grises y la amistad hipócrita miente sobre lágrimas sin compromiso del hombre subterráneo de hoy. Miro con dos soles de café que captan la triste vida que lleva el cristiano día a día y sufro por el abandono mental de esa gentuza, sintiéndome caer del cielo como cometa apresurado a precipitares en la mezcolanza social de una cultura decadente. Bailo una tarantela familiar en las nubes que habitan la mente de los jóvenes adictos al duende de Morfeo. "Yo sí pude llegar a tocar el nivel a que subí" y las horribles criaturas de mis pesadillas huyen al ver mí figura, que es el muostruo más despreciable sobre la faz de la tierra.
Ahora duermo en el regazo de tú ser y me alimento de tus pechos de suerte y azar, succiono el fluido salado de tu sexo y lamo el perfil de tu virginidad, ultrajando sus labios morbosos que besan mis huesos corroídos por el perfume de la fiebre, que corroe mi alma rayada como una vieja canción de Blues. Y asustado en las largas noches de invierno me estremezco de miedo junto a la tristeza desolada, atacándome orgasmos al pensar que todo es un sueño al que algún día tendré que despertar.

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